El cuello tiene dos conductos: uno lleva directamente al estómago y otro está conectado con el sistema respiratorio y, por tanto, con los pulmones. Cuando comemos o bebemos, el tubo que lleva el aire, que tanto necesitamos, a nuestros pulmones se cierra de forma automática. Pero hay veces que se abre de forma espontánea y la comida/bebida se intenta meter por él, por lo que nos atragantamos. Muchas veces hemos oído los típicos movimientos que hay que hacer si otro es el que se atraganta, pero, ¿qué pasa si estamos solos?
El acto reflejo de que la comida se nos pase a la faringe (tubo de respiración) es una tos seca y potente que permite que el alimento salga disparado. Normalmente, si esto no funciona, otra persona se debe colocar detrás de ti y cogerte por debajo del pecho y presionar con fuerza el estómago para que la faringe se desatasque (maniobra de Heimlich). En este caso no podemos contar con la ayuda de otro, por lo que debemos hacerlo con nuestras propias herramientas.
La primera indicación es mantener la calma. La obstrucción no nos va a dejar respirar, por lo que por mucho que intentes que el aire pase hacia dentro va a ser imposible.

De este modo, estaremos a salvo de todo tipo de atragantamientos, pero recuerda, mastica bien y en pequeñas cantidades para que, en caso de atragantamiento por cuerpos extraños, las consecuencias sean lo menores posibles.
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